La nueva ofensiva de Washington incrementa la presión sobre el entorno del presidente venezolano
Medidas contra el círculo familiar del mandatario
El gobierno de Estados Unidos anunció un nuevo paquete de sanciones dirigido a tres sobrinos de la esposa del presidente venezolano Nicolás Maduro, así como a un empresario cercano al régimen y a varias empresas relacionadas con el sector petrolero. Entre los sancionados se encuentra Carlos Erik Malpica Flores, conocido por su papel dentro de PDVSA y quien ya había sido objeto de sanciones anteriores.
Los otros dos señalados son Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, también familiares de Cilia Flores. Las autoridades estadounidenses afirman que las medidas buscan frenar presuntas actividades ilícitas relacionadas con corrupción y narcotráfico.
Objetivo de la administración estadounidense
La política de Washington apunta a bloquear recursos y limitar operaciones financieras del entorno cercano a Maduro. Según el Departamento del Tesoro, estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para aumentar la presión sobre el gobierno venezolano, particularmente después de recientes tensiones marítimas y políticas entre ambos países.
Golpe al sector petrolero
Además de los familiares del mandatario, la lista de sancionados incluye seis empresas navieras y seis buques dedicados al transporte de petróleo venezolano. Las autoridades norteamericanas aseguran que estas compañías contribuyen a generar ingresos para el gobierno de Caracas mediante operaciones consideradas irregulares.
De igual forma, se incorporó a las sanciones un empresario panameño vinculado comercialmente con el sector energético venezolano y con miembros del entorno presidencial.
Consecuencias e impacto
Las sanciones implican la congelación de cualquier activo en Estados Unidos y la prohibición de transacciones comerciales con ciudadanos o compañías estadounidenses. Analistas consideran que la medida profundiza el aislamiento internacional de Venezuela y podría afectar aún más su ya golpeada economía.
La ofensiva se suma a una larga lista de acciones tomadas por Washington en los últimos años, reforzando un clima de tensión persistente entre ambos gobiernos.